Así empezó todo


El Caos. (pixelado y en versión "new age")



           En la anterior entrada, quizás abordé el tema de la lengua guaraní desde un enfoque muy “para todos los públicos”. Simpáticos bichitos en sesión matinal, aliñados con metáforas masticables y rimas de guardería.


       Creo que lo mejor es empezar por el principio. En el principio, Walt Disney no existía. En el principio era el caos, y el caos eran la neblina primigenia y los vientos originarios. Ni más, ni menos. Así estaban las cosas y así podían haber seguido eternamente, a no ser que hubiera ocurrido algo. Lo que ocurrió fue Ñamandu.


        Desde mi profundo desconocimiento, se me ocurre traducir el nombre de esta divinidad primigenia como algo parecido a “nuestra memoria”, “lo que recordamos” o, tal vez, “nosotros recordamos”. “Ña” es un prefijo que indica la primera persona del plural en algunos verbos. “Memoria” o “recuerdo” es, en realidad, mandu'a, pero no pienso dejar que un par de fonemas me arruinen la hipótesis.


       En cualquier caso, Ñamandu es lo primero que existe, y lo hace por derecho propio, se lo curra. Nada de ancianos benévolos o iracundos, abstracciones de lo innombrable, eternidades, infinitos o inicio de los tiempos. Si Ñamandu existe es porque se autocrea.


      El proceso de autocreación de Ñamandu es similar al proceso de germinación y crecimiento de una planta, concretamente un árbol coronado por una copa en forma de diadema de flores y plumas. En el momento en que culmina este proceso, su corazón empieza a resplandecer. De esta forma, las ramas del árbol ordenan los vientos originarios y su corazón luminoso desplaza la niebla primigenia. Todo controlado. Ahora viene una parte algo confusa.

      La mitología "oficial" (especialmente entre habitantes de zonas “civilizadas”), actualmente, dice que lo primero que hizo Ñamandú fue crear a cuatro dioses, uno por punto cardinal, para delegar en ellos trabajos auxiliares. Entre ellos, Tupã es el encargado de crear estrellas, mares, animales y figurillas de barro a las que soplar. Esta creencia sólo se toma a partir de la llegada de los primeros sacerdotes jesuitas y tiene algunos cabos sueltos, como por ejemplo el hecho de que Tupã baje al cerro Aregua para crear el mundo, cuando este cerro, cerca de Asunción, está a miles de kilómetros del origen de los pueblos guaraníes, que se supone en la desembocadura del Amazonas. 

 
"A" - Cerro Areguá, cerca del lago Ypacaray, a unos 35 Kms. de Asunción


        La expansión fue desde allá hacia el mar Caribe, pero principalmente hacia el sur, y de la costa al interior. El primer encuentro con españoles se produjo en la zona de Río de la Plata, donde los guaraníes habían llegado sólo ciento cincuenta años antes. Hacia el interior, la expansión debía ser forzosamente más lenta, porque las vías de comunicación eran los ríos y, aunque las pendientes son poco pronunciadas, hay que recorrerlas contracorriente o caminando por la orilla, cosa que no siempre es factible. Además la orilla del mar garantiza alimento y entrar monte (selva) adentro, pues... nunca se sabe.


"A": Desembocadura del Amazonas. "B": Cerro Areguá, lugar desde el que se crea el mundo, a unos 4.000 Kms. Al sur, debajo de la palabra "Uruguay", está la desembocadura del Rio de la Plata. La ruta es navegable hasta la bahía de Asunción, a unos 35 Kms. del Cerro Areguá.

          Si obviamos a estos cuatro dioses postizos, que en realidad pertenecen a la mitología guaraní, pero no con los rasgos que después se les asignaron, veremos que Ñamandu continuó con su labor igualmente y lo primero que hizo fue concebir (ojo, no crear) el ayvu, y lo reservó para entregarlo a los hombres. Ñamandu es previsor: antes de crear al hombre, concibe algo que ya sabe que su creación va a necesitar. Algo tan lógico como que el concepto "rueda" es necesario si se está pensando en inventar el carro. Así que habrá que saber qué es el ayvu.


        Las acepciones de "ayvu", en el diccionario guaraní, están relacionadas con el barullo, el alboroto, el griterío; en resumen, sonido articulado sin significación para el receptor, salvo que se seleccione en él una fuente concreta (percepción selectiva). Si me pongo a trepar por las ramas de los cerros de Úbeda, puede que eche un segundo vistazo al diccionario y en cuentre que vu es un verbo que significa “hincharse, inflarse, fermentar”, y esta acción recae sobre el sustantivo ay, que significa “semen, calostro, clara de huevo”: materias ricas en proteínas; materia prima para construcciones orgánicas.


      Como veo que mis explicaciones nos pueden llevar de regreso a los vientos originarios y a la niebla primigenia, va a ser preciso invocar a los que de verdad saben de esto: los antropólogos. Según ellos, el ayvu es ni más ni menos que el lenguaje.


        El lenguaje, no la palabra. El orden de creación es: primero el lenguaje, después el hombre y más tarde la palabra. (Por favor, que nadie le diga nada de esto a Chomsky).


      Y ahora, a ver si puedo rematar un fleco que me dejé al principio: Ña-mandu-'a.


       “ ' ” no es un apóstrofe, es un fonema; para más inri, un fonema sin sonido. Los fonemas existen porque existe oposición entre ellos. “ ' ” no suena y, por lo tanto, se opone a todos los demás fonemas, que sí suenan. Naturalmente, es uno de mis fonemas favoritos, pero eso no viene al caso. El caso es que “ ' ”se define por la oposición continuo sonoro-interrupción del continuo. Consiste en un cierre brusco de la glotis y se representa con el carácter IPA: Ɂ . En el cuadro del IPA, viene arriba y a la derecha: "Plosive-Glottal" (sorda). En el cuadro de caracteres de mi ordenador se describe como "Glottal Stop". En guaraní (y también en español paraguayo) se llama puso o puso glotal.


       “ 'a ”, aunque no lo parezca, es una palabra, concretamente relacionada con la fructificación. Así, un arasa es un guayabo y una arasa 'a, una guayaba, el fruto del guayabo. Fácil. Pero este significado también puede abstraerse y podremos decir: tumby: cadera; tumby 'a: mal de cadera (una enfermedad del ganado). De esta forma, mandu 'a sería algo que proviene de "mandu". Esta palabra no viene en el diccionario, y es curioso, porque vienen otras derivadas, como por ejemplo mandu 'arã, que significa “memorable”. 'arã es el adverbio “necesariamente”, o sea, algo que necesariamente ha de ser recordado.
         Total, que si he recurrido al noble arte de la etimología creativa, no creo que en este caso sea algo relevante.


      Para ir acabando, en relación con la pasada entrada, al final apareció ñandu 'i. Como se podrá suponer, si ñandu es araña y ñandu 'i es arañita, está claro que 'i es un sufijo para formar diminutivos. Es tónico y sólo se aplica a los sustantivos.


      Por otra parte, continuo en el apasuru de los verbos propios, aunque despues de bichear por ahí, me va pareciendo que es lo mismo que el verbo propio, en español. Lo cual me lleva, por último, a otro verbo propio, que a su vez es otro bonito fósil hispánico (y este no creo que venga de muy al norte de la península):



vichea: Averiguar, indagar, mirar sin ser notado, dar un vistazo.