A pesar de que la urgencia suele relacionarse con las salidas, esta es una 

  

ENTRADA URGENTE

          


            Estoy preparando una entrada en la que ya abordo temas más técnicos, concretamente fonética y fonología. Se me está complicando más de lo que yo esperaba. Mientras tanto, he encontrado una información que me parece interesante, aunque no es de carácter estrictamente lingüístico, en relación con el mito de Ñamandú, abordado en la anterior entrada: "Así empezó todo".

                  También me gustaría aprovechar para hacer algunas precisiones:

                 Lo  que he desarrollado en la mencionada entrada es un resumen muy esquemático y restringido de una de las innumerables versiones que existen del mito. Hay que tener en cuenta que estamos en el campo de la literatura oral. Faltan muchos hechos y personajes, que aparecen o no, según qué versión abordemos. No he creído necesario profundizar más en el tema, porque la idea no es escribir sobre mitología, antropología o sociología, sino sobre temas lingüísticos o que puedan relacionarse directamente con la lingüística.

                 Sin embargo, dado que las siguientes entradas vienen un poco retrasadas, y que me ha interesado mucho un hallazgo que he hecho en internet, hago esta entrada-puente en la que incluyo un par de textos del Ayvu Rapyta.

           En 1946, el antropólogo paraguayo León Cadogán publicó el Ayvu Rapyta: una recopilación de textos orales de guaraníes mbya (los que aún conservan su cultura primitiva y viven en el monte) que entonces habitaban aún en la zona de Guairá.

Ahí está Guairá, en la frontera entre Paraguay y Brasil, del lado de Brasil

                Sus informantes fueron algunos miembros de esta etnia y, sobre todo, el cacique Pablo Vera, este señor:



                     Este otro es León Cadogán.



               Y estos son dos fragmentos del Ayvu Rapyta, relato que recoge la cosmogonía guaraní, transmitida oralmente de generación en generación desde no se sabe cuándo. Fue transmitida por primera vez a un karai (León Cadogán), que la puso por escrito, en Ciudad del Este, frontera con Brasil, pero esta vez del lado paraguayo y más al sur, más o menos donde pone en el mapa de arriba Foz de Iguasú, junto a las famosas cataratas de Iguasú. Fue como agradecimiento por haber utilizado sus poderes para sacar de la cárcel a un mbya que llevaba allí tres años, sin juicio y sin "poderes" para poder salir.

            Este es el primer poema: "La creación", también llamado en el libro "Las primitivas costumbres del colibrí". El Colibrí es una representación del propio Ñamandu, que se autosustenta (después de haberse autocreado).



Nuestro Primer Padre, el Absoluto,
surgió en medio de las tinieblas primigenias.

II
 
Las divinas plantas de los pies,
el pequeño asiento redondo,
en medio de las tinieblas primigenias lo creó,
en el curso de su evolución.

III
 
El reflejo de la divina sabiduría (órgano de la vista),
el divino oye-lo-todo (órgano del oído),
las divinas palmas de la mano con la vara insignia,
las divinas palmas de las manos con las ramas floridas (dedos y uñas),
las creó Ñamandui en el curso de la evolución,
en medio de las tinieblas primigenias.

IV

De la divina coronilla excelsa las flores del adorno de plumas eran gotas de rocío.
Por entre medio de las flores del divino adorno de plumas,
el pájaro primigenio, el Colibrí, volaba revoloteando.

V

Mientras nuestro Primer Padre creaba en el curso de su evolución su cuerpo divino,
existía en medio de los vientos primigenios;
antes de haber concebido su futura morada terrenal,
antes de haber concebido su futuro firmamento,
su futura tierra, que originariamente surgieron,
el Colibrí le refrescaba la boca;
el que sustentaba a Ñamandui con productos del paraíso era el Colibrí.

VI

Nuestro Padre Ñamandu, el Primero, antes de haber creado su futuro paraíso,
en el curso de su evolución,
El no vio tinieblas:
aunque el Sol aún no existiera,
El existía iluminado por el reflejo de su propio corazón;
hacía que le sirviese de sol la sabiduría contenida dentro de su propia divinidad.

VII

El verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
existía en medio de los vientos originarios,
en donde paraba a descansar la Lechuza producía tinieblas;
ya hacía que tuviese presciencia del lecho de las tinieblas (de la noche).

VIII

Antes de haber el verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
creado en el curso de su evolución su futuro paraíso;
antes de haber creado la primera tierra,
El existía en medio de los vientos originarios.
El viento originario en que existió nuestro Padre se vuelve a alcanzar
cada vez que se alcanza el tiempo-espacio originario
cada vez que se llega al resurgimiento del tiempo-espacio primitivo.
En cuanto termina la época primitiva, durante el florecimiento del Lapacho,
los vientos se mudan al tiempo-espacio nuevo:
ya surgen los vientos nuevos, el espacio nuevo;
se produce la resurrección del tiempo-espacio.



        Este es el segundo, "El fundamento del lenguaje humano",en el que se narra cómo Ñamandu concibe el ayvu (el lenguaje humano).
 
I


El verdadero Padre Ñamandu, el primero,
de una pequeña porción de su propia divinidad,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
hizo que se engendrasen
llamas y tenue neblina.



II



Habiéndose erguido,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el origen
del lenguaje humano.
De la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano
e hizo que formara parte de su propia divinidad.
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas primigenias,
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano,
hizo el verdadero Primer Padre Ñamandu
que formara parte de su propia divinidad.



III



Habiendo concebido el origen del futuro lenguaje humano,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad,
en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el fundamento del amor. 

Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas primigenias
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
y en virtud de su sabiduría creadora,
el origen del amor, lo concibió.

IV

Habiendo creado el fundamento del lenguaje humano,
habiendo creado una pequeña porción de amor,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduria creadora,
el origen de un solo himno sagrado, lo creó en su soledad.
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas originarias,
antes de conocerse las cosas,
el origen de un himno sagrado, lo creó en su soledad.

V

Habiendo creado, en su soledad, el fundamento del lenguaje;
habiendo creado, en su soledad, una pequeña porción de amor;
habiendo creado, en su soledad, un corto himno sagrado,
reflexionó profundamente
sobre a quién hacer partícipe del fundamento del lenguaje; 
sobre a quién hacer partícipe del pequeño amor;
sobre a quién hacer partícipe de las series de palabras que componían
el himno sagrado.

VI

Habiendo reflexionado profundamente,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad,
y en virtúd de su sabiduría creadora,
creó a quienes serian compañeros de su divinidad.

VII

Habiendo reflexionado profundamente,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
creó al Ñamandu de corazón grande.

VIII

Lo creó simultáneamente con el refiejo de su sabiduría.
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas originarias,
creó al Ñamandu de corazón grande.
Para padre de sus futuros numerosos hijos,
para verdadero padre de las almas de sus futuros numerosos hijos,
creó al Ñamandu de corazón grande.

IX

A continuación
de la sabiduria contenida en su propia divinidad 
y en virtud de su sabiduria creadora,
al verdadero Padre de los futuros Karai,
al verdadero Padre de los futuros Jakairá,
al verdadero Padre de los futuros Tupã,
les impartió conciencia de la divinidad.
Para verdaderos padres de sus futuros numerosos hijos,
para verdaderos padres de las palabras-almas de sus futuros numerosos hijos,
les impartió conciencia de la divinidad.

X

A continuación,
el verdadero Padre Ñamandu,
para situarse frente a su corazón
hizo conocedora de la divinidad
a la futura verdadera Madre de los Ñamandu,
Karai Ru Ete
hizo conocedora de la divinidad
a quien se situaría frente a su corazón,
a la futura verdadera Madre de los Karai.
Jakaira Ru Ete, en la misma manera,
para situarse frente a su corazón,
hizo conocedora de la divinidad,
a la verdadera Madre de los Jakaira.
Tupã Ru Ete, en la misma manera,
a la que se situaría frente a su corazón,
hizo conocedora de la divinidad
a la verdadera futura Madre de los Tupã.

XI

Por haber ellos asimilado
la sabiduria divina de su propio Primer Padre,
después de haber asimilado el lenguaje humano,
después de haberse inspirado en el amor al prójimo,
después de haber asimilado las series de palabras del himno sagrado,
después de haberse inspirado en los fundamentos de la sabiduría creadora,
a ellos también llamamos:
excelsos verdaderos padres de las palabras-almas;
excelsas verdaderas madres de las palabras-almas.



                 ¿Qué les parece? Después de esto, yo lo tengo claro: o me hago filólogo o me hago guaraní, o las dos cosas.